jueves, 15 de marzo de 2012

Malas Relaciones

(Angelo Bronzino - La locura)
 
-Bueno… escritor aficionado  -me dije-, hace ya rato que no escribes.
-Lo que pasa -me contesté-, es que estoy muy ocupado últimamente que ya casi ni tiempo para mí me queda.
-Entonces, dedícate a otra cosa, menos comprometida con los demás; a lo mejor  -me repuse
-Escribir no significa tener compromisos con nadie –me respondí
-¿Ah sí? -me cuestioné- ¿y los lectores que me siguen?
-Problema de ellos  -respondí-, yo no escribo para nadie en particular
- y entonces, ¿para quién escribes? -me pregunté
-Para mí  -me contesté
-Te quedarás solo -me intimidé
Y mi otro yo guardó un inexorable silencio.
Ahora sí que voy a escribir tranquilo.  No soporto las presiones. 


domingo, 4 de marzo de 2012

El bar de Letras

Estaba parada detrás de la barra del bar releyendo algunas de sus composiciones inconclusas.
Llovía. La luminosidad del local era natural y el aire fresco que parecía nacido de los árboles mojados que rodeaban el patio de la facultad, le acariciaban el rostro con amabilidad de naturaleza virgen.
Una sombra y un ruido monótono irrumpieron en el local solitario y alguien se sentó a una mesa, cerca de la ventana vidriada que daba al jardín interior.
Una mirada curiosa por arriba de los anteojos de leer, le dio la seguridad de que el recién llegado era un desconocido en el ambiente del bar de letras.
El, imperturbable, desplegó una hoja en blanco sobre la mesa y sacó una lapicera del bolsillo de la camisa y escribió algo. Cuando ella se acercó para tomarle el pedido, él apoyó la lapicera en su sien derecha y se desarrajó un balazo. La sangre salpicó el papel un renglón más abajo del título.