sábado, 24 de noviembre de 2012

Olimpo

Estaban todos: amigos, enemigos, contrincantes, hijas e hijos propios y putativos, pacíficos y temerarios, propiciantes y arrebatadores, todos. Los dioses, en sínodo universal y secreto, deliberaban acerca del futuro de sus respectiv
os reinos.
La situación más preocupante que dominaba el conciliábulo, era el avance avasallador del monoteísmo.
Cuando Zeus se paró para tomar la palabra, un largo y estrepitoso trueno comenzó a vomitar rayos de fuego en todas las direcciones. Un águila de bronce de alas desplegadas se posó en el báculo de roble del profeta, y desde una zarza ardiente que ardía sin consumirse, una voz llamó al patriarca.
 

Sin embargo siempre


Era un matrimonio chapado a la antigua. Él caminaba siempre adelante y ella lo seguía a dos o tres pasos de distancia. Sin embargo, siempre andaban juntos. El le hablaba gesticulando y batiendo sus manos y brazos y ella
sólo asentía o negaba sin ofrecer ningún movimiento con sus músculos flácidos. ¿para qué gesticular si él no la miraba?, sin embargo, siempre dialogaban. Cuando él se detenía, ella, haciéndose la distraída, solía adelantarse.
-Venga para acá -le reclamaba él, abriendo sus brazos para abrazarla. Era un juego amoroso. Siempre.
Ella, en silencio, retrocedía y, abrazada, le miraba a los ojos y él le sonreía. Siempre le sonreía.
Era un matrimonio sin complicaciones. Cada dos por tres tenían sexo, cada dos por tres les nacía un hijo. Siempe les nacía un hijo. Ella los criaba a todos. Siempre los crió a todos. Sin embargo él, a veces, olvidaba sus nombres. Sólo a veces.
 

jueves, 1 de noviembre de 2012

Riesgos


Cuando pudo escapar de la libertad, huyó con pavura buscando los brazos aquellos que lo habían contenido, pero cuando llegó lo recharazon de pleno. Demasiado habían sufrido a causa de su docilidad.