Lágrimas inoportunas
Juanita volvió del colegio mostrando orgullosa
 el dibujo de "mi familia" que hizo en la clase de dibujo aquel día. Todos 
admiraban la postal y exhaltaban la habilidad artística de la niña; sólo
 mamá advirtió que el papá estaba dibujado sin manos. Y lloró.
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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